Campanadas Puerta del Sol

Después de participar en la San Silvestre Vallecana hay otras tradiciones de las que se puede disfrutar en el último día del año en Madrid. Y es obligatorio decir que las Campanadas en la Puerta del Sol son imprescindibles, dado que forman un recuerdo que es difícil olvidar. El centro de la capital se personaliza por todo lo alto para que los asistentes celebren el final del año mientras se toman las uvas escuchando el sonido del reloj de la Puerta del Sol.
Comer las uvas en la Puerta del Sol supone el momento del clímax del año. Miles de asistentes se reúnen en el centro de la ciudad bajo unas sólidas medidas de seguridad para celebrar el final de un año y el inicio de uno nuevo. La plaza se llena de gente ataviada con sombreros y adornos navideños, copas de plástico y las obligatorias uvas para ser ingeridas en el momento en el que suenan las doce campanadas. El reloj de la Real Casa de Correos siempre está preparado para cumplir con las expectativas y acompañar a los españoles en uno de los momentos del año más emocionantes que a nadie le gustaría perderse.
La tradición de las doce uvas comenzó en el año 1909, representando cada una de las uvas a cada uno de los meses del año que se están despidiendo. Convertida en tradición global en todo el país, se celebran en la Puerta del Sol a rajatabla sin ningún tipo de excepción año tras año. El proceso es conocido por todos los asistentes. Lo primero que ocurre antes de dar la medianoche es la bajada de la bola de la torre con el carillón. Después comienzan a sonar los cuartos, que son la señal de que hay que prestar atención y tras esto comienzan a sonar las doce campanadas. Entre campanada y campanada hay un pequeño espacio de tiempo que permite que todas las personas puedan tomar las uvas sin ningún tipo de dificultad.
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